Soledades I
Buscando la agudeza del pequeño demonio de la división
de los cuerpos y su externa preocupación de respeto.
Sus sistemas defensivos con muros tejidos de espesuras
para que el hombre detenga súbito sus paseos.
70x 40 cm
Gráfito, tinta y aguada sobre Scholler Satinado mate.
Detalle
Detalle
Recuerdo haber visto el estudio para la adoración de los Reyes Magos de Leonardo en la exposición «Il disegno fiorentino del tempo di Lorenzo il Magnifico» en la Galeria degli Ufizzi. Pocas veces una obra ha logrado marcar tanto mi manera de ver. Leonardo, en un boceto de apenas 20 cm, crea una espacio que está en contínuo movimiento. Lo que sucede sucede delante de tus ojos parece, pero no es evidente. La vida sucede porque es el tiempo el que la apresura, porque somos nosotros que asumimos este paso del tiempo como algo que nos constituye, nos conforma. Leonardo parece descubrir que son muchas las cosas que correlatan y correlacionan la vida. Mirar cualquier boceto es asomarse a la trastienda de los autómatas. El milagro estaba presente en cada idea, pero era un fragment apenas de la vida.
Desde entonces persigo ese fragmento, por eso finjo una obra cuando de repente se abren cien miradas, todas a la vez, donde detener la mirada donde poner foco en la percepción. Las soledades de Góngora desde lo formal construye un mundo creado en sí mismo, ensimismado es un logro que no necesita de nadie más ni siquiera de lector, es una soledad sonora que huye del ruido.
Estas soledades son miles de fragmentos de obras que he soñado, suelto un cuerpo para hacer espacio a otro, y el páramo no puede ser más desolado, pero es un páramo donde se hace la vida donde cualquier ser vivo puede soñarse.
Hace una quincena o un mes que mi mujer de ahora eligió vivir en otro país. No hubo reproches ni quejas. Ella es dueña de su estómago y de su vagina. Como no comprenderla si ambos compartimos casi exclusivamente el hambre.
Juan Carlos Onetti