Corrientes de argón

He pasado horas recorriendo los tejidos que revisten el cuello y los tendones que ser fijan a la mandíbula y a cráneo. Son las imágenes del Rohen y Yokochi las que tejen un imaginario que nunca más será etéreo, pero no dejo de pensar en que fijados los cuerpos se comportan como objetos inhertes, en cambio vivos son flujos continuados infinitos. Es imposible diseccionar un hombre vivo finito como narra Ted Chiang en el ese cuerpo ciborg de una anatomista diseccionando su memoria.

Somos flujos, a penas nos detenemos somos materia.

La cuadrícula no era tanto una máquina como una página en la cual la máquina era la escrita, y en la cual la máquina misma escribía incesantemente […]
Todo lo que somos es un patrón de flujo aéreo. Mis recuerdos estaban inscritos no como muescas sobre láminas ni en la posición de unos interruptores, sino como persistentes corrientes de argón.

Ted Chiang