El lápiz debe encontrar la vibración del pétalo y para ello la mirada debe afilar, no vale cualquier recorrido. La tarea es entender, no inventar.

Insisto de nuevo para que el leve cambio producido quede registrado, es un todo, pintar del natural es un todo donde esa sensación de conseguir el dibujo completo nos mantiene en una tensión. El dibujo no nos pertenece, es una largo combate que libra la mirada y lo visto. Lo que vemos nos es inmediato a lo que podemos registrar. En este debate perdemos la frescura y conseguimos un dibujo. Dejarlo e insistir es la actitud de la atención distraída.

Emmanuel Lévinas