Más cerca cuando no distingo, y lo que parece va definiendo, pero no debo pensar. Es un error hacerlo, es entonces cuando todo se deshace todo lo que he logrado descifrar se convierte en corteza de lo aparente, todo acaba con la representación.

Cada vez veo más clara la tarea del artista como una meditación, mientras suceden cosas, no dejarte atrapar ni pretender atrapar nada, dejar que suceda. De este modo trabajo en unas acuarelas de tamaño medio. Selecciono el color de alta pigmentación, suelo elegir de las categorías que son más resistentes a la luz y son más pregnantes y estables en el papel, para que al lavarlo siempre quede el rastro de lo que estuvo antes.

Un libro anatómico, una página marcando la diagonal del doblez del pliego. Rohen Yokochi debió retirar la mirada de semejante profanación del misterio. Sabemos ahora que los templos son carne.