Tangled hierarchy

Al pintar todo empieza en un soporte blanco. Ante esa superfície de ausencia empieza un ritual de la normalidad. Empezar desde dónde, a partir de qué establecer la presencia, ¿y si meramente la ausencia remarcada fuera suficiente?. Debo decidir y a partir de aquí a aparece el yo decisor. Busco el color el pincel y establezco el grosor adecuado, primero ordeno con la imperfección de mi coordinación óculomanual, después superpongo. En todo el proceso se mezclan decisiones que fusionan el hecho de pintar con la propia vida.
¿Y cual es el propósito de la vida? El planteamiento de cualquier vida es teleológica, pero es de veras ese es acompañamiento que hacemos en el respirar de nuestro día a día, en la inhalación y exhalación de aire. No es ni siquiera cuestinable si el aire que respiramos es suficiente, si es la cantidad adecuada si su calidad puede o no matarnos. Respiramos y celebramos como un acto de fe inconsciente el hecho de estar vivos.

¿Y cuál el es propósito de escribir música? Uno es, por supuesto , no ocuparse de propósitos, sino de sonidos. O quizás la respuesta debe darse en forma de paradoja: una falta de propósito intencionada o un juego sin propósito. El juego, sin embargo es una afirmación de vida- no un intento de extraer orden del caos, ni de sugerir mejoras en la creación, sino simplemente un modo de despertar a la vida misma que vivimos, que es maravillosa una vez que apartamos nuestra mente y nuestros deseos de su camino y la dejamos actuar por sí sola.

Musica Experimental del libro silencio
John Cage